"La vida es lo que te sucede mientras estas ocupado a hacer otro", John Lennon cantaba en una canción dedicada al hijo Sean, en el 1980. Fueron cinco años que no hizo música y fue electrizado al pensamiento de volver a hablar y, justo mientras estuvo tan ocupado a hacer otro, el homicida lo ha disparado a los hombros, le ha quitado la vida.

Los Beatles hacen parte de mi juventud como la de muchos otros, de un período que ha señalado una entera generación, y John Lennon es el hombre Moderno por excelencia, consciente de la improrrogable necesidad de trabajar, cada uno en su campo, por la paz.

"Soy violento, pero lo sé", dijo... "ofrecemos una posibilidad a la paz."

No hay mensaje más actual.

Este libro recoge las fotos realizadas por una periodista, no de una fotógrafa, a la Vela de Central Park (Nueva York, diciembre de 1980) dedicada a John Lennon.

El resultado, sea del punto de vida documental que de aquel estrechamente fotográfico, es extraordinario: con un carrete y medio, algo más de 50 fotos, Fiorella coge y cuenta los hechos, los gestos, los personajes, los sentimientos de aquella vela mejor y más que un gran profesional del fotorreportaje.

La profesionalidad presupone en efecto método, profesión, experiencia, listeza, automatismos estilísticos: en fin todo un know-how que tiene que preexistir al momento de la acción, y del que eres enjaezado, armado, acorazado..

Luego esta profesionalidad puedes "disimularla" agudamente, como saben hacer maravillosamente los autores de la escuela francesa, los teóricos y prácticos del "image volée", capaces de visiones en las que el fotógrafo "desaparece" y sólo queda el objeto de su visión,; o al revés devolverlo co-protagonista del acontecimiento, "acontecimiento en el acontecimiento", imponiendo tu presencia y tu mirada de fotógrafo, como bien los reporteros de escuela americana practican, estimulando los sujetos a sentirse "on stage", interaccionando activamente con lo que se fotografía.

Falto de un pre-construido y de un pre-visado, virgen y desestructurada en construir el foto-cuento, Fiorella se descuelga con el corazón, con ojos bien abiertos y la cámara de fotos y, como y entre los otros, todos los otros que estoy allí, se hacen llevar de los acontecimientos.

Así mira, dispara, mira, dispara: y por todos los que le soy alrededor Fiorella ni "desaparece", como Bresson, ni interfiere y modificación como Bruce Davidson,: es en cambio sencillamente uno de ellos entre ellos, que no roba, no se separa, no se contrapone, no se pone como testigo profesional, pero comparte.
Las miradas de los que fotógrafa lo testimonia.

Ahora, por de ella, allí también nos hemos habido nosotros.

De verdad.

Giovanni Tavano - Editor, fotógrafo